Mi amigo el trovador

En un día de lluvia y tormenta,

tan grises como mi corazón allá

a lo lejos logró escuchar el cantar

sonoro de mi amigo el trovador.

Entre corcheas y semifusas su vida

camina, haciendo de ella un misterio ,

donde refleja un infinito de sentimientos.

En su pensar divaga Celeste,

si celeste cielo, celeste mar,

un amor celeste

un amor lejano.

Hoy su guitarra ya no duerme

porque en las noches  de luna llena

bailan sus manos escribiendo canciones

que al amor le duele y su música consuela

al no saber si hay un amor eterno ,

un amor fugaz, o tan solo amor

que quiere liberarse para volver amar.

Y hoy le escribo estos versos no con tácticas

ni estrategias solo con orgullo y placer el poder

hacer mi poesía , tal vez no al pianista de Varsovia

 si no a mi amigo
 pete trovador.                            

                             A Fabian Zuñiga