Una herida abierta.

 


Me acosan las ironías de mi vida” 
-The Last Samurai

Dicen que uno en el camino debe 

de dejar una huella , sin 

importar el desierto que  sea. 

No obstante fui sacrificada 

a la hoguera , en mi 

momento más frágil, 

tenía un puño de 

sentimientos en el pecho

un adíos de abuelita sin 

asimilar.

Sin importar nada ni nadie 

fui  quemada con el más 

grande  de los odios.

Me arrebatarón  las 

esperanzas, las ilusiones , 

 y me dispararon  directamente 

al alma.

Nunca me había sentido tan 

miserable , me  dieron por 

el orgullo, no hay arma 

más poderosa  que las 

palabras y ese fue su gran fuego.

Ladrona, así me juzgaron y se 

dejarón decir, yo nunca hubiera 

querido salir por la puerta trasera. 

Pero la canallada en medio 

de aquel dolor por la 

pérdida terrenal de abuelita 

poco importo. 

Me desgarraron poco a poco

dejándome sentir , inútil , indefensa , 

y el peor ser humano de la vida.

Lo cierto es que detrás de tanta dureza 

existe una fragilidad terrible , algo 

así como las cebollas. 

¿Como se hace para no sentir 

que fallaste y que tu misión de 

dejar esa huella e impactar no

sucedió?

Finalmente me 

dieron un golpe a las emociones,

dejándome una herida abierta 

que espero que pronto el tiempo 

ponga suturas y pase la página 

para tener la valentía de empezar 

de nuevo...


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